lunes, 30 de diciembre de 2013

2014






Se acaba el año y juro que los últimos dos meses se me fueron en cosa de nada.  Este año lo viví, algo que hacía mucho no hacía.  Me atreví a hacer crossfit – contra todos los presagios – y me encantó, terminé lesionada, pero no pierdo la esperanza de regresar (pronto).  Este año me atreví a decidir mi camino y en cosa de nada el amor se me coló por la puerta (si Axel, punto pa’ tí por presentármelo).  Ando feliz.  Ya sé lo que es vivir sin incertidumbre.  Ya no hay frío en el estómago.  Los que me conocen juran que el amor me hizo un makeover.  Yo juraba que esas historias de amores bonitos y abrazos de esos que te hacen flotar no existían hasta que me abrazó por primera vez.  (Soy feliz, así que me puedo permitir una que otra cursilería).  Tenerlo cerca me ha regalado una seguridad que no conocía. 

El amor llegó multiplicado, y ahora tengo un niño con el que veo muñequitos y se recuesta en mi falda para que le “de cariño” y le pase la mano.  Un niño por el que he jugado Minecraft, por el que he desarrollado un ojo de lince cuando veo cosas de Mario (porque le fascinan) y ando planificando nuevas aventuras para cuando lo tenemos con nosotros.   Ahora tengo dos seres a los que amo que algún día tendrán un royal rumble por mi falda.  Anabella vio una foto en la que aparezco con Brandon y muy a la de ella (y a la de nosotras) dijo: “tití es mía” y así dicto su Sentencia si haber escuchado al jurado. 

Roberto también anda compartiendo el amor, porque Anabella lo vio y de la primera lo bautizó como su “tío” y cada vez que hablamos pregunta por él - y la verdad es que él también anda derretido con ella al punto que le hizo su estrella para el árbol de Navidad (versión girly).

Este año ha sido hermoso, no puedo quejarme.  Por primera vez en no sé cuánto tiempo estuvimos los cinco hermanos Carrero bajo un mismo techo - y hay fotos para contarlo, el amor de mi vida se me cruzó en el camino y ahora caminamos juntos, Anabella me ha proclamado como suya a los 4 vientos y Brandon dice que hago el mejor bacon del mundo.


Recibo el 2014 contenta, con ganas de seguir construyendo cosas nuevas, llena de nuevos planes y pelirroja (para no perder la costumbre).