viernes, 31 de diciembre de 2010

2011


Desde ayer vengo cocinando mi despedida al 2010 porque un año como este hay que despedirlo con todas las formalidades.

En el 2010 me convertí en tía de Anabella, mi sobrina genio, me hice abogada, me peleé con la vida y me chocaron el carro; en contra de todos los malos augurios, trabajé hasta dos semanas antes de la reválida y pasé las dos partes, lloré de alegría y de coraje, me dí mi lugar y renuncié al trabajo que tuve por los pasados 6 años porque, como me enseñó mi profesor, hay veces que la única opción es agarrar la cartera y seguir caminando.

El nuevo año se asoma ya a la vuelta de la esquina y yo lo recibo con todas las ganas del mundo… y ya desde ahora digo que va a ser mil veces mejor que el 2010, porque no me da la gana de ser pesimista y conforme… porque francamente estoy jarta (si, con J) de ver caras de tragedia mal fingida diciendo “es que la cosa está mala”, pues no, se acabó y punto.

El 2010 lo empecé pelirroja y lo termino pelinegra, con la frente en alto, el pie derecho al frente y los ovarios bien puestos en su sitio.

Bring it on!

lunes, 20 de diciembre de 2010

Free Speech




Yo protesto,
y hay quien dice que no sirve,
que pierdo el tiempo,
la vida...
Because that's the way it's supposed to be.

No los escucho,
no puedo,
no me callo,
no es posible,
veo las noticias
y me dan n

áuseas

y fr

ío.


Yes, you're free,

but you're not allowed to speak.


Y yo digo que no,

yo protesto,

porque est

á mal

y unos me miran con pena,

Like "poor thing, she doesn't know what she's doing"


Pero yo s

é,

porque vengo de abajo,

de la gente que se faja,

de los que viven cheque a cheque,

de los que dejan de pagar una cuenta

para poder pagar otra,

de los que se miran a los ojos

y tienen la mirada limpia.

No me escondo,
Yo pienso
y soy Libre.


jueves, 11 de noviembre de 2010

Conjuro

Dame
los silencios
que se es/con/den
en
tu
Boca,
todas
las noches
que huelen
a tu nombre
y a vacío.

Procúrame
las palabras
que se
es
cu
rren
por tus dedos
y yo invocaré a los dioses,
y a las musas,
para que
nunca
concluya tu poesía.

Barrunto


Hay dolores clandestinos
que se TALADRAN
a la fuerza
en los huesos
y sólo
LATEN
en días de lluvia.

martes, 9 de noviembre de 2010

Suspensivo





Pasó el silencio,
la pausa abra(s)ada…
el punto interpuesto
a la fuerza.
Pasó el tiempo,
pasé yo,
y también tú pasaste.
Y hoy de improvisto,
tus palabras se
d
e
s
l
i
z
a
r
o
n
desde la punta de mis dedos
hasta mis tobillos
y otra vez quise conquistar con mi a li en to
hasta la
úl
ti
ma
c-u-r-v-a
de tu espalda.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Jaque Mate




Ella le escupió un “se acabó” mientras le temblaban los tobillos. Él cayó de rodillas contra el suelo. Ella recogió lo poco que le quedaba a la ligera. Él la agarró por el brazo. Ella gritó espantada. Él la miró a los ojos. Ella lo vio más pequeño.

“Méteme preso embustera, yo te amo” fueron sus últimas palabras antes de verla salir despavorida dejando atrás un olor a fruta descompuesta.

lunes, 25 de octubre de 2010

(Re)Pensando

A veces
hace falta abrumarse
meterse la tristeza por las venas
- a la brava -
llenarse los ojos
de lunas secas
y luego dejarlas ir
mientras se escurren
des
pa
cio
por los dedos.

A veces hace falta
- estar nublado -
darse sobredosis
(de Sinatra y de Silvio)
beberse el café
- medio amargo -
llorar el dolor (ajeno),
a todo pulmón,
a lágrima viva,
para que (re)nazcan
flores
de las manos.


miércoles, 13 de octubre de 2010

Pa' Manolo


Desde ayer el mundo entero anda paralizado mirando como 33 mineros van re-naciendo, uno a uno, a cuentagotas, de las entrañas uterinas de la tierra. Cuando anunciaron que ya estaban listos para iniciar la misión de rescate sude frío, caliente y de todas las formas posibles y en menos de un segundo se me atravesó el alma en la garganta. Bajar dentro de una cápsula de 53 centímetros de diámetro la distancia equivalente a 10 torres de Eiffel no cabe dentro de mi mente como algo que quiera hacer. Pero mientras el Presidente le decía “traiga a los mineros” yo creo que a Manolo, el primer socorrista, eso ni se le ocurrió.

Allá fue Manolo, directo a la cavidad-útero en la que 33 seres humanos llevaban 69 días esperando que llegara el momento de su re-nacimiento. Y yo acá estaba atónita y me sentía como si estuviésemos pisando la Luna, pero a la inversa y le oré a todos los dioses habidos y por haber para que no temblara la tierra, que a ninguno le diera un ataque de pánico, que no fuesen claustrofóbicos, que las máquinas funcionaran a la perfección y que pudieran soportar el viaje-parto por el túnel. Unos 15 minutos más tarde llegó el Fénix a su destino.

Manolo bajó del Fénix y los mineros lo recibieron con abrazos que hasta hace muy poco tiempo parecían improbables, allá repartió saludos e instrucciones. Preparó al minero-primogénito, lo acomodó en la cápsula y en un momento ya se iniciaba el proceso de rescate-alumbramiento. Mientras la polea de la grúa daba vueltas, yo, en este lado del mundo, me bebía las lágrimas y tenía en el estómago la misma sensación que tenía el día que estaba por nacer mi sobrina.

Poco a poco, gracias al esfuerzo de muchos como Manolo, 33 seres humanos comenzaron su proceso de re-nacimiento a través del túnel. Y yo lo único que quería era darle un abrazo a Manolo y decirle “carajo Manolo, tú si eres bravo”.

jueves, 30 de septiembre de 2010

José Alberto



Confieso que traté, pero no le puedo buscar 5 patas al gato. No puedo entender que sea un error un tiro a una persona que está tirada en el piso. ¿Error? ¿en dónde? Honestamente yo no lo veo. Y que conste, yo creo en la presunción de inocencia y creo que es necesario evaluar la totalidad de las circunstancias. Pero es que está tan difícil de creer. Y aclaro que hablo como lego, como una ciudadana más que en las mañanas prende el televisor y que escucha las noticias por la radio.

Lo he pensado muchas veces, le he dado mil vueltas, pero la verdad es que no tengo ni una sola palabra de consuelo para la familia de José Alberto ¿qué dice uno en estas situaciones? ¿lo siento? Decir algo como eso sería mentirle de la forma más cruel y descarada. No hay forma de que yo pueda sentir el dolor que siente su familia ante su pérdida. Lo único que me da esperanza es que su corazón aún late en el cuerpo de otro y a mi me encanta pensar de que el día que la madre de José Alberto y el joven que recibió su corazón se conozcan, al chico se le erice la piel cuando su corazón reconozca a su madre.


martes, 31 de agosto de 2010

Carta a mi amiga, Marisara

Flaca, traté de escribir algo el día que, a través de un mensaje de texto, me enteré de lo que te pasaba… te confieso que no pude escribir más de una oración, cada vez que lo intentaba terminaba llorando como Magdalena. Salí corriendo y me compré un chocolate – de esos que me pasabas en clase como si estuviésemos contrabandeando algo prohibido – y cuando me lo metí a la boca no lo pude evitar, lloré. En menos de 1 minuto me pasaron por la mente tantas cosas… todas parecían absurdas, todas una mala broma, todas imposibles… pero no lo eran. Estabas tú, una de las personas más libres que conozco, postrada en una cama conectada a una máquina que respiraba por tí. Ese día no pude tocar un libro. ¿Quién podía? Ese día le cuestioné a Dios lo que pasaba, le hice mil preguntas, mil cuestionamientos…

Fui al hospital, pero la verdad es que no tenía ni ganas, ni intención, de verte. La descripción que me daban no concordaba contigo, me sonaban ajenas… porque eres demasiado libre. Si fueras un sonido de seguro serías el sonido que hace una botella de refresco cuando la abres, porque la energía y la curiosidad se te salen por los poros. (Perdón por la comparación, pero es el sonido más chispeante que se me ocurre.)

Ese día, después de muchas peleas internas, te imaginé de pie encima de una de las murallas de ese castillo que tanto quieres, con el pelo suelto – como siempre – con todas las ganas de lograr un cambio en el mundo, y entendí que no te podía obligar a quedarte. Te dí mi consentimiento – como si tuviera autoridad para ello – para que tú misma decidieras cuál sería el plan de viaje, para que decidieras si era el momento de abrir las alas. Y tú, para variar, decidiste que no era como decían, que, como dijo Madgiel, ese no era tu último capítulo. Luchaste (y luchas) y sigues aquí. Tú re-naciste Flaca, pero nosotros "volvimos a ser gente".

Gracias.

lunes, 2 de agosto de 2010

Lolita, hasta pronto...


"No, I am not sorry to come and ask freedom for my country”

Lolita Lebrón


No tuve el honor de intercambiar palabras contigo, aunque realmente eso no hacía mucha falta. Bastaba para mí con verte en fotos y videos… con ver la entereza y verticalidad en tus ojos y con sentir la firmeza en tus ideas y en tu voz.

Hay que tener los ovarios bien puestos para atreverse a hacer lo que tú hiciste. ¡La mitad de los hombres que conozco no se atreverían! Por eso te abrazo desde acá y te adopto, porque tenías algo – que todavía tienes – que me hace recordar que hay algo dentro de nosotros que no se ha perdido. Hoy vuelves a la tierra que tanto amaste - y amas -, y le pido al Universo que ojalá nos nazcas de nuevo… otra vez libre, otra vez mujer, otra vez patriota… pero esta vez cuando te merezcamos.

I am deeply sorry Lolita… ¡tú nos quedabas grande!

jueves, 29 de julio de 2010

A la ligera


Hace unos cuantos días, quizás más - porque literalmente no se qué día es cuando abro los ojos - parece que la desconexión ya es evidente… uno de mis jefes me fue a preguntar que día era y antes de terminar la oración dijo “no, es que a ti no te puedo preguntar porque estás en otro sitio”. En resumen, paso las semanas con ganas de abrir los ojos a diario y escuchar un viernes que me sepa a gloria. Ando a la ligera, porque no me puedo dar el lujo de restarme minutos de estudio.

Trabajo 5 horas, estudio 9, duermo lo que los sueños me dejan y los viernes no hay quien me haga abrir un libro (hasta que el cargo de conciencia hace efecto, entonces miro, aunque sea un repaso). Todos los días pienso que debería desayunarme un pedazo de bizcocho de chocolate, pero me conformo con un te de chocolate y menta mientras plancho. En los últimos meses he comprado marcadores de todos los colores y tamaños posibles y puedo dar fe de cuáles son buenos y cuáles no valen la pena; también puedo hablar de los “tabs” y de los repasos heredados que hay que actualizar para poder usarlos sin peligro de confundirse.

La semana pasada en un mismo día me chocaron el carro, se fueron a la fuga y cuando me bajé a tomarle fotos al golpe dejé las llaves del carro encerradas… $60 dólares más tarde – gracias a la intervención divina de un cerrajero que en menos de 3 minutos abrió mi carro como si fuese tan fácil como pasar una página… y en un abrir y cerrar de ojos, me cayeron encima los pasados 20 lunes que se me escaparon de la vista.

viernes, 2 de julio de 2010

Libre



El deber del abogado es luchar por el Derecho,

pero el día que encuentre en conflicto

el derecho con la justicia,

lucha por la justicia.


Hace un tiempo, mientras tenía una conversación de esas de a la ligera, por salir del paso, me dijeron que había traicionado mi vocación de literata al haber estudiado Humanidades y luego haber decidido convertirme en abogada. Al momento el comentario me pareció la cosa más absurda del mundo, pero no le di ningún tipo de peso. Hoy, que soy abogada, entiendo que haber estudiado Humanidades antes de estudiar Derecho ha sido la cosa más certera que he podido hacer.

Entrar a esta profesión con la única expectativa de lograr una cuenta de banco con más de 6 ceros a la izquierda a cuestas de lo que sea necesario hacer, es la motivación más ilógica del mundo para hacerse abogado; y que conste, no hay nada malo con ganar dinero y ser próspero, lo importante es ganarlo de manera honesta, de manera que, como diría mi profesor de Derecho Notarial: “cuando te acuestes a dormir, no tengas cargo de conciencia”.

Yo estudié Derecho, porque aunque suene ridículo y absurdo ante los días que vivimos en mi país, creo en la Justicia. Justicia con mayúscula. Justicia en su expresión más simple… dar a cada quien lo que le corresponde, pero hacerlo de la manera correcta. Teniendo como correcto lo que es moral y ético. Y por esas motivaciones tan simples es que no guardo silencio. Porque me parece hipócrita decir “si, eso esta mal” y entonces montarme en mi carro, esquivar la mirada, hacer como que aquí no pasa nada y seguir para mi casa. No puedo tener miedo a decir lo que pienso, porque no me enseñaron a tenerlo, porque nací con el alma libre, los ojos abiertos, el corazón bien conectado al cerebro y las manos bien fuertes.

Estos días, en los que me gustaría desdoblarme y poder estar en muchos sitios a la vez, han revivido en mi memoria – y en el vértigo espontáneo al ver los videos de lo ocurrido el 30 de junio – los recuerdos de estar sentada frente a un televisor (o un radio) escuchando las vistas de Maravilla. Yo era muy pequeña, y tengo imágenes sueltas, pero se me grabó en la memoria como si hubiese sido marcada con un carimbo la interrogante del Fiscal “dígame si es o no cierto”. Seguramente repetí esa frase como el papagayo en esos momentos, pero ahora que tengo 32 años y conozco mis derechos y los suyos, le pregunto a nuestro gobernador, con el conocimiento de la Ley Suprema de nuestro país y las protecciones que nos garantiza a TODOS: Dígame si es o no cierto que el 30 de junio de 2010 frente al Capitolio hubo un gran despliegue de brutalidad policiaca y usted lo justificó, dígame si es o no cierto que miembros de escolta del Senado agredieron a los manifestantes, en su mayoría mujeres, dígame si es o no cierto que usted juró respetar la Constitución Federal y la Constitución del Estado Libre Asociado y de eso ha hecho caso omiso, dígame si es o no cierto que han descalabrando la Comisión de Derechos Civiles, que han jugado un burdo juego de fichas en el Sistema Judicial y que han manipulado, de la manera más descarada, la Junta de Síndicos de la UPR, dígame si es o no cierto que usted o está totalmente enajenado de la desgracia a la que se está sometiendo a nuestro país, o realmente es una de las personas más cínicas e insensibles… y finalmente le pregunto, y prometo ser breve, dígame si es o no cierto que es mentira que no le cuesta dormir en las noches, que es mentira que duerme tranquilo… porque seguramente cuando usted apaga la luz y se acuesta, detrás de su oreja izquierda tiene usted pegado con fuego la voz de este pueblo que lo eligió y que hoy le reclama en su cara – y frente a la cara del mundo entero – que usted nos lleva a la deriva, que usted no tiene compromiso, y que sería maravilloso que usted tuviese un ápice de decencia y de una vez, en lugar de procurar el bien propio, procurara el bien colectivo. Usted señor gobernador, no es merecedor del puesto que ocupa… una persona que no ama este país no merece gobernarlo.

lunes, 28 de junio de 2010

Re-VÁLIDA




Últimamente me viene faltando tiempo, desayuno y abro un libro, me peino con una mano y marco mis notas con la otra, busco ropa y escucho de lejos el repaso que he puesto en el radio para aprovechar el tiempo, tomo pastillas de ginko biloba y no tengo idea de qué son, pero dicen que ayuda al cerebro, y yo las tomo esperando que me nazcan neuronas nuevas y materia gris exclusiva para almacenar todo lo que tengo que leer y memorizar, salgo corriendo y la mayor parte de las veces dejo el almuerzo encima de la mesa, cojo 4 horas de repaso, voy al trabajo 5 horas y llego de vuelta, como con cargo de conciencia porque tengo que estar estudiando, me relleno las venas de cafeína mientras sigo leyendo, se me hincha la mano derecha de tanto hacer apuntes y tengo que embadurnármela en bengay para poder sobrellevarlo, en contra de todas las cosas que he hecho en esta vida y haciéndole caso al profesor, el Código Civil es mi lectura de mesa de noche, cuando finalmente me acuesto ya tengo un ojo que se me cierra y el dolor en la cintura me tiene ya encorvada, me tomo 2 pastillas de valeriana para poder dormir sin que se me desborde la cabeza de requisitos, penas, excepciones y daños punitivos, me pongo los audífonos para escuchar el repaso de turno y me acuesto, duermo entre 6 y 5 horas, y todo se repite, incluso los miércoles, cuando cierro los ojos a las probabilidades y juego la lotería en un acto de fe.

viernes, 28 de mayo de 2010

Verde


Para empezar con el pie derecho y sin tapujos… A menos que vaya para un baile, o algo por el estilo, nunca escojo mi ropa el día antes. Llámese vagancia, despiste, falta de interés… no lo hago. Nunca recuerdo la ropa que usé la semana anterior y no cambio de cartera. Siempre me ha parecido que son cosas que no tienen importancia. Perdón por la divagación, es que estuve una semana pensando en esto.

Hace un poco más de una semana (quizás un poco más) me puse una blusa roja para el trabajo.¿El criterio para seleccionarla? Fácil, no hay que plancharla. Puede que no parezca un criterio de peso, pero para una persona que trabaja, estudia a tiempo completo y duerme (necesitando dormir más) unas 5 horas por día ese es un factor decisivo.

Entre los ajoros del trabajo todo transcurrió dentro de la ‘normalidad’ de siempre. Normalidad entre comillas porque generalmente mis días de trabajo ‘normales’ me obligan a disfrazarme de mago y a sacar una varita mágica (de donde no la tengo) para darle forma a peticiones cuasi imposibles de personas que están convencidas de que, entre mi oficina y el piso siguiente, tengo un piso intermedio lleno de gnomos trabajando para mí. Pero esos son otros 20 pesos.

A media mañana me vi de frente con dos personas a quienes quiero muchísimo y que gracias al Universo trabajan conmigo. Nos vimos y no pudimos evitar la carcajada… la una de verde, la otra de azul y yo de rojo. Nada de esto fue lo que me dejó con una idea dando tumbos en la cabeza. Lo que si me dejó pensando fue que alguien me vio y me dijo “tú no, tú eres verde”. Y de momento fue como si pegara un frenazo en plena autopista con el carro a 90 millas por hora. La conozco hace unos 5 años y medio, hasta dónde recuerdo, siempre que he ido a votar, he entrado sola a la urna y nunca he votado por un partido íntegro… Aclaro que no me molestó el asunto de que me pusieran el sello ‘verde’, realmente me tiene sin cuidado, lo que me estuvo particular es que ese sello me ponen porque me he atrevido a asumir posturas, aunque a algunos no le resulten simpáticas; por ejemplo, mi apoyo a la huelga de los estudiantes de la IUPI.

Si creer en la Justicia y la igualdad en nuestro país, aunque suene idealista, es ser verde… lo soy y también puedo ser amarilla, roja, naranja o violeta.

“El miedo es una camisa de fuerza” y yo siempre he sido medio claustrofóbica.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Carta abierta a mi sobrina, Anabella



Anabella, faltan horas para que nazcas y ya titi, desde Puertorro, se hace un mar de lágrimas. Se que todos esperábamos que nacieras unos cuantos días atrás, pero no pasó… mi explicación fue simple “mi sobrina es solidaria, está amarrada a la matriz de su madre y no se va a soltar hasta que se acabe la huelga o hasta que la saquen”. Esas cosas nos pasan a los idealistas. A tu mami le gustó la idea, y seguramente a tu papá también. Deja que conozcas a tu titi… aunque estoy convencida de que ya me conoces. Me convencí el día en que estaba frente a tu mami y te hablé a través de la barriga y te dije “muévete” y tú, sin ningún reparo te moviste. Ya me luce que seremos cómplices.

Te cuento que hoy he terminado una gran etapa en mi vida. Hoy tomé mi último examen, y la verdad, porque a tí no puedo mentirte, es que todavía no lo he internalizado. Seguramente mañana saldré corriendo despavorida desde mi trabajo para tratar de llegar a la Facultad. Es que mi carro, que tiene mente propia, ya está acostumbrado, y se que me va a costar muchísimo trabajo hacerlo entender que ya se terminó la jornada… al menos esta etapa, porque el aprendizaje nunca termina.

Esta noche en que converso contigo, aunque aún no has nacido, sueño con que te enamores de la vida, que descubras el Quijote y lo tomes de estandarte. Seguramente no será fácil, pero allí estaré yo, detrás de tí para sostenerte. Esta vida a la que en un ratito llegas no es fácil, pero tampoco es difícil, así que olvidate del miedo… de los cobardes nunca se ha escrito nada. Lo importante es vivirla teniendo como norte la igualdad y la justicia… porque, aunque muchos se empeñen en negarlo, somos iguales.

Estás a horas de nacer, y tu titi vive con un nudo permanente en la garganta al ver que su país, el país que quiere para tí, se hace añicos. Se me ocurre que es mejor que no hayas nacido todavía… lo mejor fue que no vieras las barbaridades que han sucedido en estos días. Pero no te preocupes, yo me encargaré de hacer lo imposible para que cuando andes en edades que te permitan expresarte y tomar decisiones, tengas todo el apoyo del mundo.

Quiero que seas libre, que en tu mundo no haya miedo para que expresarte, que se despierte en tí la necesidad de adquirir conocimiento todos los días… y ¿por qué no? Que tengas los pantalones bien puestos, que seas sentimental, que seas firme en tus principios y que creas firmemente en la igualdad y en que nuestro país es cosa de todos.

Hoy brindo por tí, porque tu vida sea la mejor vida que pueda tener una mujer que nace en este siglo… porque tus ojos puedan ver el mundo, porque puedas llegar a lugares que ni tu mami ni tu titi han llegado. Brindo porque seas feliz, porque seas curiosa, porque tengas entre ceja y ceja, tal y como nosotras, la necesidad de decir lo que piensas, aunque eso equivalga a estar en contra de todos. Yo brindo por tí, y por nosotras, porque vienes de una generación de mujeres que no han tenido miedo… y seguramente, tú tampoco lo tendrás.

lunes, 17 de mayo de 2010

24 horas después


En la madrugada del domingo, al filo de la una y pico, sentí que estaba sentada encima de una lavadora… pero no, porque a fin de cuentas, no tengo… temblaba la tierra. Y tembló como no temblaba hace mucho, mucho más de lo que llevo yo de existencia por estos lares según me cuentan. Horas más tarde, las iglesias estaban tan atestadas de gente que parecía que se iban a salir por las ventanas y las puertas. Y a mí, que me confieso ferviente creyente en el Ser supremo, se me hace bastante fácil pensar que es muy sencillo vestirse bonito, montarse en un carro y llegar a una iglesia a “arrepentirse” (por si acaso) y al otro día del arrepentimiento ni me acuerdo y que cojan a los estudiantes y los saquen a macanazos… vaya usted a saber qué arrepentimiento es ese.

En la mañana del lunes me siento en el recibidor de una agencia federal a esperar para entregar un trabajo a mi profesora. A mi lado se sienta un funcionario que intenta, sin muchas ganas ni éxito, traducir una lista de términos técnico-legales para un caso (de asesinato) del Inglés al Español y concluye que no hay forma de traducir “a mustache in the face” porque es ridículo, total ¿en dónde más puede haber un bigote? Llega una traductora, más contenta que un perro con dos rabos, porque consiguió un autógrafo de Rubén Blades de carambola mientras esperaba por un caso allá en la Chardón. No muy lejos un agente federal no le ve la lógica a una orden de un tribunal que impide que se le brinde agua y comida a unos estudiantes en huelga; razonamiento con el que todo el mundo, sin excepción, en ese recibidor, está de acuerdo. Escucho de otro que el gobernador de mi país le huye a los estudiantes, que fueron acompañados de reporteros de CNN a hablarle porque “no estaba preparado” para hablar con ellos y a todos nos invade un sabor amargo en la boca.

24 horas después del temblor me reafirmo en que no hay nada nuevo, que no hay diferencia entre unos y otros, que no hay argumentos para perpetrar el marasmo en el que estamos sumidos. Que al final, nuestro país es nuestro, y los problemas que tenemos no son de unos o de otros, son de todos. O remamos todos para el mismo lado o nos hundimos hasta la coronilla. Yo por mi parte, de ahora en adelante andaré con una careta en mi cartera. Últimamente solo veo kamikazes poniendo tácticas de avestruz en acción y me niego a ahogarme por algo que no valga el sacrificio.

domingo, 16 de mayo de 2010

DES-obediente



Hoy estuve de rodillas en un lugar que jamás me imaginé. Hoy, en plena avenida Ponce de León, en el corazón de Río Piedras, rodeada de un mar de personas… una masa de personas totalmente diferente, pero iguales. Atletas, políticos, profesores, niños, artistas, líderes sindicales, líderes religiosos, ex-alumnos, retirados… Allí, en plena avenida, debajo del Sol, con las manos en la calle, escuchando como el Padre Pedro oraba por los estudiantes, lloré. Lloré yo y lloramos todos. Allí, al son de cánticos entonados por pastores y sacerdotes, todos unidos, echándose el brazo, pensé que si Jesús estuviese caminando por las calles hoy, seguramente hubiese estado allí, de rodillas, a pleno sol, haciendo cadenas humanas para pasar comida a través de una verja, en clara desobediencia a un papel que dice que no se puede.

Hoy fui testigo de milagros, y aquellos a los que un documento dice que no pueden alimentarse, pasaron sobre la verja una bolsa, llena de mangóes, y allí pastores y sacerdotes la recibieron y los repartieron y milagrosamente los que no pueden ser alimentados nos alimentaban. Hoy ví a Doña Gladys, llena de orgullo, hablando de su hijo Albert, y con ella lloré, y lloramos todos mientras él le acariciaba las manos a través de la verja diciéndole que él estaba bien.

No es necesario ser estudiante de la Universidad de Puerto Rico para que se te retuerza el corazón de vergüenza y de dolor. Lo único necesario es tener dos dedos de frente, un poco de decencia y un tanto de sentido de humanidad. Los Tribunales podrán emitir mil órdenes diciendo que a los estudiantes no se les puede dar ni agua ni comida… mil veces seré desobediente.

viernes, 14 de mayo de 2010

¡Solidaria!



Foto del Señor Luis Torres, padre del estudiante de la Facultad de Educación del mismo nombre, quien fue agredido en la mañana de hoy a manos de la policía cuando intentó llevarle comida a su hijo.

Hoy me he levantado a son de un llanto que no se me quita y con la cabeza retumbando. He buscado miles de remedios y nada funciona. Y es que tengo un dolor atravesado en el mismo medio del pecho, como si en un momento de descuido alguien se hubiese entretenido enterrándome agujas de adentro para afuera. Escuché las noticias y me dieron náuseas y me llené de vergüenza.

Veo fotos y me retuerzo y lloro como si fuera yo misma la que sangra. Todavía estoy tratando de entender ¿qué de ilegal tiene el que un padre quiera llevarle comida a su hijo? Pero la verdad es que no hay nada que entender, porque es absurdo, porque es ridículo, porque es abusivo... Yo no soy madre, pero soy ser humano, y hay asuntos básicos de humanidad y de civismo. No me cabe en la cabeza el que se agreda de la manera más burda a un padre, al punto de dejarlo sangrando, porque se niega a permitir que su hijo pase hambre. No, no puedo callarme. No puedo ser cómplice del atropeyo. No puedo esquivar mis ojos ante la brutalidad cometida.

Ser neutral, bajar la vista y seguir de largo es tanto o más vergonzoso. Los estudiantes ratificaron ayer, mediante el ejercicio de la democracia, y en un proceso totalmente avalado y pagado por la administración universitaria, su deseo de permanecer en huelga. El que no fue, consintió, tácitamente la decisión que allí se tomó. Admitir un reclamo en contrario sería lo mismo que decir que el gobernador de turno ostenta tal puesto de manera ilegal, porque no todos los electores inscritos acudieron a las elecciones.

Los sindicatos anuncian un paro nacional, la clase artística se une solidaria… ¡el pueblo reclama! Ya es hora de que escuchen.

Gabo querido, para mi vergüenza, comparado con Puerto Rico, Macondo se quedó corto.

jueves, 13 de mayo de 2010

Des-MORAL-izados


Cuando puse un pie en la escalera de camino al segundo piso lo percibí en el aire. Allí había algo más… algo inmenso, casi profano, algo grande y descompuesto. Ni siquiera intenté ponerle nombre definido. Era como si la desesperación se hubiese condensado en el aire y sin ninguna consideración nos ahogara. Se veía en la entrelínea de las caras de la gente, se asomaba en gris de las paredes y en las grietas en el pasamano.

Eramos todos en una oficina… una oficina con dos funcionarios para atender más de 50 personas. Y allí quedamos, encapsulados en un recibidor que se sentía más pequeño de lo que quizás es. Escuchando las mismas historias, de protagonistas distintos, pero siempre las mismas historias mágico-realistas. Pasaban las horas y los relojes no se movían porque decidieron ser solidarios con la desgracia que les rodea. Hay empleados con cara de pocos amigos y ojos llenos de incertidumbre. Y los ves como caminan cargando su infortunio a cuestas y no queda más remedio que esperar. Sentarte y esperar… esperar a que llegue tu turno en la lista, esperar a que traten de encontrar un expediente, esperar para que te digan que no aparece, esperar para que te miren con un aire de victoria en los ojos y te digan que vas a tener que irte.

Y de pronto no cabe un alma, y hablamos como si fueramos familia. Alguien sugiere una fiesta y hay intercambio de sonrisas. Pasan una caja de donas – con documentos encima – que vino de un caballero encorbatado que espera en el pasillo y para quien la fila y hacer turno son ideas inaceptables. Y yo, que siempre he sido amiga de las causas difíciles, entiendo por un momento, que quizás algo dulce no viene mal el día que te enteras que te acabas de quedar sin trabajo, pero que tienes que quedarte un mes más prolongando la tortura.

Al final del día, 7 horas después, somos las mismas personas de la mañana, pero diferentes. Y ya no nos importa esperar, ahora nos felicitamos como si recibiéramos el año nuevo cada vez que alguno de nosotros logra conseguir el documento que necesita. Y nos reimos y compartimos teléfonos y direcciones de correo electrónico como si no pasara nada.

Lo increíble es que si pasa, pasa algo terrible y todavía hay quienes no quieren darse cuenta.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Mayo - Río Piedras




Abro los ojos

al compás de un helicóptero

que da vueltas

muy cerca…

(demasiado cerca).

Me corre el miedo

(por las venas)

se anuda

(la vida)

en mi pecho

y pienso

en los que luchan

y recuerdo a Antonia

y se amarra mi garganta

Y le oro a todos los dioses,

y a todos los santos,

y a todos los ángeles

que se me ocurren,

(a quienes se les pide

AUXILIO

en momentos de emergencia)

y pido

con la fe más ciega (que me queda)

que por favor

no pase nada.

miércoles, 7 de abril de 2010

Pisando tierra




A veces es necesario
que me duelan los ojos,
que retruene mi cabeza
(a gritos)
y se me anude la médula
entre el estómago y las costillas
al ver un individuo
(al que no conozco)
que se mete una jeringuilla
(directo a la yugular)
llena de una sustancia
¿controlada?
hasta dónde dice made in Japan
y se va en un viaje
(con plena intención y conocimiento de causa)
del que ni él
(ni yo)
sabemos la ruta
de regreso.

En ocasiones es necesario
que abra el periódico,
que mire la desgracia a los ojos
y me muera llorando
y me piense Quijote (sin Sancho)
y me siente por horas
tratando de encontrar
un ápice de explicación
(a lo inexplicable);
se muere gente
todos los días,
gente igual que tú
(y que yo)
y se matan otros
y le rompen la cabeza
y a otro lo hacen pedazos
y todo sigue
(como si nada).

Hoy es necesario
que presagie la náusea,
y el asco me retuerza la boca y las vísceras
(de golpe)
cuando levanto la vista
y veo otros
que prefieren caminar
con una venda
en los ojos.




lunes, 22 de febrero de 2010

Con S


La vida no ha cambiado. Soy la misma que hace 32 años, la misma que se peló las rodillas tantas veces porque siempre he sido más susceptible a la gravedad que otros. Quizás por eso es que siempre me he obligado a mantener los pies bien pegados a la tierra y no he dejado que ni un amago de humo se me suba a la cabeza. Total, si pasara me daría sinusitis y terminaría gastando una barbaridad en medicamentos y alcanfor.

Hace poco más de mes y medio, contra todas las estadísticas y probabilidades, me casé… libre, voluntariamente y con pleno conocimiento de causa. No usé velo, ni guantes, ni moño, ni salí en ninguna revista… me casé al son de los violines, con el pelo suelto y plumas y flores en la cabeza, rodeada de gente a quien quiero con locura, porque no se querer a medias… soy demasiado exigente como para dar puntos medios.

No deja de sorprendente ver la cantidad de personas que entiende las cosas a la inversa. Sigo teniendo los mismos gustos, disfrutando las mismas cosas y riéndome de las mismas barbaridades. Mi nivel de irreverencia continúa siendo el mismo. Por eso no entiendo, o no quiero, ni puedo, entender, cuando me comentan con voz de ánima en pena lo diferente que es la vida cuando te casas, como ahora “tienes que estar en tu casa… cocinando y atendiendo tus deberes”. Hasta donde se los dos nos pusimos de acuerdo para lanzarnos a la aventura. Por eso me niego soberanamente a adoptar para mí cualquier cosa que empiece con “es tu obligación…” a menos que tenga que ver con Derecho. A estas alturas del juego parece que no han advertido la diferencia… casada, no cazada… nadie me ha cortado las alas y nadie las va a cortar.