jueves, 29 de julio de 2010

A la ligera


Hace unos cuantos días, quizás más - porque literalmente no se qué día es cuando abro los ojos - parece que la desconexión ya es evidente… uno de mis jefes me fue a preguntar que día era y antes de terminar la oración dijo “no, es que a ti no te puedo preguntar porque estás en otro sitio”. En resumen, paso las semanas con ganas de abrir los ojos a diario y escuchar un viernes que me sepa a gloria. Ando a la ligera, porque no me puedo dar el lujo de restarme minutos de estudio.

Trabajo 5 horas, estudio 9, duermo lo que los sueños me dejan y los viernes no hay quien me haga abrir un libro (hasta que el cargo de conciencia hace efecto, entonces miro, aunque sea un repaso). Todos los días pienso que debería desayunarme un pedazo de bizcocho de chocolate, pero me conformo con un te de chocolate y menta mientras plancho. En los últimos meses he comprado marcadores de todos los colores y tamaños posibles y puedo dar fe de cuáles son buenos y cuáles no valen la pena; también puedo hablar de los “tabs” y de los repasos heredados que hay que actualizar para poder usarlos sin peligro de confundirse.

La semana pasada en un mismo día me chocaron el carro, se fueron a la fuga y cuando me bajé a tomarle fotos al golpe dejé las llaves del carro encerradas… $60 dólares más tarde – gracias a la intervención divina de un cerrajero que en menos de 3 minutos abrió mi carro como si fuese tan fácil como pasar una página… y en un abrir y cerrar de ojos, me cayeron encima los pasados 20 lunes que se me escaparon de la vista.

viernes, 2 de julio de 2010

Libre



El deber del abogado es luchar por el Derecho,

pero el día que encuentre en conflicto

el derecho con la justicia,

lucha por la justicia.


Hace un tiempo, mientras tenía una conversación de esas de a la ligera, por salir del paso, me dijeron que había traicionado mi vocación de literata al haber estudiado Humanidades y luego haber decidido convertirme en abogada. Al momento el comentario me pareció la cosa más absurda del mundo, pero no le di ningún tipo de peso. Hoy, que soy abogada, entiendo que haber estudiado Humanidades antes de estudiar Derecho ha sido la cosa más certera que he podido hacer.

Entrar a esta profesión con la única expectativa de lograr una cuenta de banco con más de 6 ceros a la izquierda a cuestas de lo que sea necesario hacer, es la motivación más ilógica del mundo para hacerse abogado; y que conste, no hay nada malo con ganar dinero y ser próspero, lo importante es ganarlo de manera honesta, de manera que, como diría mi profesor de Derecho Notarial: “cuando te acuestes a dormir, no tengas cargo de conciencia”.

Yo estudié Derecho, porque aunque suene ridículo y absurdo ante los días que vivimos en mi país, creo en la Justicia. Justicia con mayúscula. Justicia en su expresión más simple… dar a cada quien lo que le corresponde, pero hacerlo de la manera correcta. Teniendo como correcto lo que es moral y ético. Y por esas motivaciones tan simples es que no guardo silencio. Porque me parece hipócrita decir “si, eso esta mal” y entonces montarme en mi carro, esquivar la mirada, hacer como que aquí no pasa nada y seguir para mi casa. No puedo tener miedo a decir lo que pienso, porque no me enseñaron a tenerlo, porque nací con el alma libre, los ojos abiertos, el corazón bien conectado al cerebro y las manos bien fuertes.

Estos días, en los que me gustaría desdoblarme y poder estar en muchos sitios a la vez, han revivido en mi memoria – y en el vértigo espontáneo al ver los videos de lo ocurrido el 30 de junio – los recuerdos de estar sentada frente a un televisor (o un radio) escuchando las vistas de Maravilla. Yo era muy pequeña, y tengo imágenes sueltas, pero se me grabó en la memoria como si hubiese sido marcada con un carimbo la interrogante del Fiscal “dígame si es o no cierto”. Seguramente repetí esa frase como el papagayo en esos momentos, pero ahora que tengo 32 años y conozco mis derechos y los suyos, le pregunto a nuestro gobernador, con el conocimiento de la Ley Suprema de nuestro país y las protecciones que nos garantiza a TODOS: Dígame si es o no cierto que el 30 de junio de 2010 frente al Capitolio hubo un gran despliegue de brutalidad policiaca y usted lo justificó, dígame si es o no cierto que miembros de escolta del Senado agredieron a los manifestantes, en su mayoría mujeres, dígame si es o no cierto que usted juró respetar la Constitución Federal y la Constitución del Estado Libre Asociado y de eso ha hecho caso omiso, dígame si es o no cierto que han descalabrando la Comisión de Derechos Civiles, que han jugado un burdo juego de fichas en el Sistema Judicial y que han manipulado, de la manera más descarada, la Junta de Síndicos de la UPR, dígame si es o no cierto que usted o está totalmente enajenado de la desgracia a la que se está sometiendo a nuestro país, o realmente es una de las personas más cínicas e insensibles… y finalmente le pregunto, y prometo ser breve, dígame si es o no cierto que es mentira que no le cuesta dormir en las noches, que es mentira que duerme tranquilo… porque seguramente cuando usted apaga la luz y se acuesta, detrás de su oreja izquierda tiene usted pegado con fuego la voz de este pueblo que lo eligió y que hoy le reclama en su cara – y frente a la cara del mundo entero – que usted nos lleva a la deriva, que usted no tiene compromiso, y que sería maravilloso que usted tuviese un ápice de decencia y de una vez, en lugar de procurar el bien propio, procurara el bien colectivo. Usted señor gobernador, no es merecedor del puesto que ocupa… una persona que no ama este país no merece gobernarlo.