lunes, 17 de noviembre de 2008

A mi tío Cucho,
porque lo ví hacerse mil pedazos
frente a mí.

Hoy bebo sorbo a sorbo
las tazas de dolor que me regala la vida.
Me senté con la muerte a la mesa y
sentí como se retorcieron mis entrañas
cuando la miré a la cara
y se rió de mí…
del gris que se pinta en mis ojos,
del silencio que se escurre por mis manos…
y VEO
que mi mundo gira en espirales
i n f i n i t o s
y se trastoca
y muta,
se llena de momentos,
se vacía y se desliza
por esta piel
que ya no conozco.
Y me muero y resucito muchas veces
y el silencio me ahoga desde adentro
cuando le digo sin palabras
que ya no cabe el frío en mis huesos,
que me deje,
que se vaya
que no vuelva
que ya saque sus garras de mí.

Entonces me mira
y se ríe,
se levanta de mi mesa
y me deja moribundo.


No hay comentarios: