Anabella, mañana
cumples 3 años y todavía recuerdo, como si fuera ayer,
cuando mami me llamó para
decirme que ya habías
nacido. Lloré. Lloré porque hacía mucho no me sentía tan feliz, porque desde que me
enteré de que estabas en
trabajo de preproducción nació en mi el amor más genuino y sin sentido que he
experimentado en la vida. Lloré y
celebré a son de burbujas tu llegada al mundo y quise declarar el 20 de mayo
como día libre en el mundo entero, porque no había
sido tan feliz en mucho tiempo. Tú llegaste a llenar espacios que
estaban huecos y solitarios. Ya ves como es tu tití, que ando llorando mientras te escribo esta carta
que algún día leerás. Resulta,
mi niña, que tití necesitaba que nacieras para que
todo tuviera propósito. Ya sé, egoísta de mi parte, pero contigo todo
cobró sentido. Y ya sé, yo sólo
soy tu tití… pero para mi es
lo más grande y hermoso que
me ha pasado en la vida, además,
me da el privilegio de tongonearte y consentirte sin que me digan que te estoy
malcriando, porque a fin de cuentas, mi trabajo es ese.
Aunque estamos lejos físicamente,
gracias a la tecnología
(bendito seas Steve Jobs), he estado presente en tu vida… y reconoces mi voz en
el teléfono y me llamas
desde el iPad a hablarme en ese Spanglish tuyo tan particular que tiene el
poder absoluto de derretirme en 2 segundos.
Me matas de la ternura cuando me cantas La Borinqueña mezclado con En mi Viejo San
Juan y ABC, o cuando me haces bailar y jugar con plasticina, o cuando las 8 de
la mañana vas hasta mi cama,
cuando estoy en tu casa, y me dices: “Buenos días,
tití”, o simplemente cuando
me llamas desde el iPad y me cuentas que papi está
trabajando y que tú estás jugando. En estos 3 años
que llevas dándole la vuelta
al Sol tus ojos azules como el cielo se han abierto al mundo y poco a poco se
va formando tu caracter, que para desgracia o fortuna de tus padres, se parece
mucho al de tu tití.
Para ti deseo toda la libertad del mundo, porque las
personas grandes, mágicas y musicales como tú lo necesitan. Te prometo que pondré de mi parte todos los días para que puedas llegar a lugares a los que ni tu
mami, ni tití han
llegado.
Gracias, Anabella por ser mi sobrina. Desde que tú
existes, a mi el mundo me parece perfecto.
Te amo,
tití
Lorena
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