viernes, 14 de mayo de 2010

¡Solidaria!



Foto del Señor Luis Torres, padre del estudiante de la Facultad de Educación del mismo nombre, quien fue agredido en la mañana de hoy a manos de la policía cuando intentó llevarle comida a su hijo.

Hoy me he levantado a son de un llanto que no se me quita y con la cabeza retumbando. He buscado miles de remedios y nada funciona. Y es que tengo un dolor atravesado en el mismo medio del pecho, como si en un momento de descuido alguien se hubiese entretenido enterrándome agujas de adentro para afuera. Escuché las noticias y me dieron náuseas y me llené de vergüenza.

Veo fotos y me retuerzo y lloro como si fuera yo misma la que sangra. Todavía estoy tratando de entender ¿qué de ilegal tiene el que un padre quiera llevarle comida a su hijo? Pero la verdad es que no hay nada que entender, porque es absurdo, porque es ridículo, porque es abusivo... Yo no soy madre, pero soy ser humano, y hay asuntos básicos de humanidad y de civismo. No me cabe en la cabeza el que se agreda de la manera más burda a un padre, al punto de dejarlo sangrando, porque se niega a permitir que su hijo pase hambre. No, no puedo callarme. No puedo ser cómplice del atropeyo. No puedo esquivar mis ojos ante la brutalidad cometida.

Ser neutral, bajar la vista y seguir de largo es tanto o más vergonzoso. Los estudiantes ratificaron ayer, mediante el ejercicio de la democracia, y en un proceso totalmente avalado y pagado por la administración universitaria, su deseo de permanecer en huelga. El que no fue, consintió, tácitamente la decisión que allí se tomó. Admitir un reclamo en contrario sería lo mismo que decir que el gobernador de turno ostenta tal puesto de manera ilegal, porque no todos los electores inscritos acudieron a las elecciones.

Los sindicatos anuncian un paro nacional, la clase artística se une solidaria… ¡el pueblo reclama! Ya es hora de que escuchen.

Gabo querido, para mi vergüenza, comparado con Puerto Rico, Macondo se quedó corto.

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